viernes, septiembre 29, 2006

El ataque del súper niño

Anoche regresé de correr y contra todas las recomendaciones y elementales hábitos de higiene, no me bañé. Corrí 6.160 kilómetros en 31 minutos con 30 segundos. Sudé mucho. Aparte me unté repelente de insectos en la cara para ahuyentar a la variedad de mosquitos que infestan la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec y que, a diferencia, de sus primos de la zona urbanizada, sacan unas ronchas que parece que tienes la pierna gangrenada.

Me iba a bañar pero cuando me di cuenta ya era la una de la mañana. Regresé de correr como a las 11. Ya es muy tarde y tengo sueño y me duele un poco el hombro. Tres razones que me parecen suficientemente poderosas para no hacer esperar a las sábanas

En la mañana sí me bañé, ya era mucha marranada. Me levanté más temprano y salí de mi casa cinco minutos antes de la hora acostumbrada. Iba con calma y muy bañadito.

Al paso, pasando la entrada de Superama, me sale un niño. No tiene más de 5 años. Trae una máscara que creo es de Batman. Me apunta con el puño. Yo traigo los audífonos y no escucho los efectos de sonido con los que acompaña su ataque.

Al ver que sus súper poderes no tienen efecto, sólo espera a que pase junto a él. Le distingo los ojitos detrás de la máscara. Le sonrío. También sonríe.

Sé que es cursi pero es bueno empezar el día así. Además, no todos los días se sobrevive al ataque de un súper héroe o súper villano o lo que sea que fuera el niño ese.

No hay comentarios.: