Hay muchas cosas que a uno lo pueden poner de mal humor. La lluvia, por ejemplo, ya es insoportable y trastorna el ya de por sí dañado estado emocional de todos los que vivimos aquí. Ayer llovió toda la noche. Me levanté muy temprano porque hoy tengo clase de francés. Estaba saliendo de mi casa como a las 6:35 am y estaba una lluvia filosa. No un diluvio pero una lluvia bastante jodona. Llegué al metro pensando en la buena disposición de la lluvia para estar chingando si ya de por sí es como una patada en el estómago andar deambulando por la Ciudad a esas horas de la madrugada.
Entré al metro y dejé la lluvia atrás. Ya estaba en el vagón, seco (llevaba paraguas) y a esa hora en dirección a Pantitlán el metro va vacío. Tenía todo el vagón para escoger asiento y me senté cerca de la puerta. En un asiento cercano al mío viajaba un viejo de barba cana, ojos chiquitos y azules y ropa desgastada. Entre las manos llevaba una bolsa de plástico que seguramente contenía un montón de cosas de esas que cargan los viejos y que a uno le parecen perfectamente inútiles y prescindibles.
En alguna estación entre Chapultepec y Cuauhtémoc se subió un punk con un montón de periódicos en las manos. Eran ejemplares del periódico El Gráfico (El Universal). El punk usaba unas botas (¿Dr Martens?) rojas, un pantalón a cuadros, una playera y una boina roja. Bajo la boina le salía un mechón de cabello teñido de rojo que le daba en la espalda.
El punk anunciaba las secciones que contiene el periódico y decía el precio de cada ejemplar (3 pesos) mientras repartía copias a los pocos que íbamos en el vagón. Junto con el periódico, el punk aclaraba que uno podía mirar el diario "sin compromiso". Me dió un ejemplar y le ofreció uno al viejo de la barba canosa pero éste lo rechazó con un gesto de la mano. El punk se le quedó mirando un segundo y le dijo: "Pinche abuelo apático". Todo el vagón escuchó el insulto.
Me quedé con el periódico en la mano derecha. No lo abrí. Es más, ni siquiera vi la portada a pesar de que sí me hubiera gustado hacerlo nada más para ver qué nota destacaban. En la mano izquierda llevaba el paraguas todavía goteando y pensé que si manipulaba el diario algunas gotas caerían sobre el papel y el punk me obligaría a comprarlo porque lo habría mojado. Si me negaba, a lo mejor hasta me insultaba. "Pinche Yuppie idiota", me hubiera dicho, asumiendo que era Yuppie sólo porque iba de traje.
Antes de llegar a la estación, el punk recogió el producto de sus ventas y tomó los ejemplares de las manos de los que no quisimos comprar su periódico. Salió del vagón y entró a otro donde, estoy seguro, se repitió (en lo fundamental, sin los detalles que ya les platiqué) una escena parecida.
El resto del viaje continuó sin grandes variaciones. Estaba apenado por el injustificado insulto del punk. No podía voltear a ver al viejo. Sentía pena. Antes de bajarme (Pino Suárez) volteé a ver fugazmente al anciano que seguía impasible.
Mientras caminaba por el tunel pensaba en varias cosas:
1.- ¿Por qué un punk vende El Gráfico? ¿No debería vender el MacheteArte o algo así?
2.- ¿Por qué se enfrascaba en un discurso genérico para vender su periódico ("Se va a llevar el diario El Gráfico a sólo 3 pesos. Le contiene información de Deportes, Espectáculos, Política") en vez de destacar algo mucho más atractivo, como lo era la nota de la portada? ¿No hubiera vendido más periódicos si en vez de su discurso estándard hubiera dicho algo cómo: "Encuentre toda la información de las cinco cabezas humanas que fueron lanzadas a la pista de baile de un antro de Michoacán. La policía sospecha de grupos de narcotraficantes. Cinco decapitados en Michoacán, entérese ahora de los detalles" ¡Qué diferencia! Con ese lance ¡periódicos le hubieran faltado! Además en la portada uno podía ver claramente las cabezas, lo que hubiera reforzado su "speech" de ventas y le hubiera dado mucha credibilidad (vi la portada del periódico unas horas después).
3.- La tercera cosa en la que pensaba era por qué el punk había insultado sin ningún motivo al pobre viejo. No encontré respuesta. Tal vez el punk estaba de malas porque la pinche lluvia seguía jodiendo y por eso la tomó contra el pobre viejo de los ojos azules, chiquitos y arropados por los surcos de su cara. Yo creo que fue eso.
Como sea. Ojalá que ya dejara de llover. Y ojalá parara el narco... jajajá.
jueves, septiembre 07, 2006
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