Desde hace algún tiempo he estado haciendo ejercicio. La verdad es que durante mucho tiempo no me preocupé por hacer nada pero absolutamente nada de ejercicio. Durante casi todo el tiempo que estuve en la universidad (no voy a explicar ahora las razones por las que me tomó siete años acabar una carrera profesional, pero no fue ni por fósil ni por huevón ni por burro) hice muy poco ejercicio. Quitando una muy breve pero exitosa (debo decirlo) incursión en un equipo de futbol con unos compañeros de mi primera etapa universitaria, mi actividad fue cero. Mis biógrafos tal vez recuerden otro corto periodo de actividad física por el año 2003 que finalmente terminó por extinguirse en sí mismo, es decir, se consumió en mi huevonada y apatía.
Desde hace más de un año me he dedicado a correr. Encuentro mucha satisfacción en correr. Me gusta, me libera, me siento bien conmigo mismo. Es una actividad ideal para mí. Las pesas nunca me gustaron, es más, las odio. Y odio a casi todos a los que van a los gimnasios, aunque eso no es ninguna novedad pues odio a casi toda la gente que conozco, no importan las circunstancias.
El punto es que correr es, para mi, la mejor forma de mantenerme en forma y activo. La forma de mi cuerpo es ideal para esa actividad. No tengo piernas largas pero son lo suficientemente fuertes para llevarme. Soy ligero. He ganado fuerza en las piernas y mi zancada es mayor ahora que al principio. Puedo correr unos 9 kilómetros en unos 44 minutos
Por supuesto que no soy un corredor de grandes distancias. Nunca podría competir ni de lejos en una carrera de cierto nivel. Y si mis sesiones de entrenamiento no han sido lo regulares que deberían haber sido, ha sido, sobre todo, por mi miedo a ponerme una meta y no alcanzarla. Mi miedo a que la inconsistencia me lleve al fracaso. Mi miedo a comprobar que prefiero entregarme al nocivo vicio del cigarro y no perseverar en algo que me hace sentir bien conmigo mismo.
Así que he decidido anunciar urbi et orbi mi decisión de formalizar mi entrenamiento e inscribirme en una carrera de 10 kilómetros. Me siento bien sólo de escribirlo. Que este blog quede como testigo del desarrollo de mi entrenamiento y, si es el caso, también participe de la celebración (en unas 5 semanas). Veremos que pasa. Estoy consciente de lo que implica hacer pública mi decisión y por eso mismo lo hago. Estoy motivado y quiero perseverar en esto. Ya les estaré contando.
viernes, agosto 25, 2006
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