jueves, agosto 31, 2006

La caca celebridad


Tom Cruise y Katie Holmes aún no muestran en público a su hija, nacida el 18 de abril, pero sus fans tienen un anticipo con una escultura de bronce que representa la primera deposición sólida de Suri. La escatológica escultura será exhibida en la galería Capla Kesting en Brooklyn, Nueva York.


Iba a escribir sobre lo que puede pasar mañana durante el Sexto Informe de Gobierno de Vicente Fox pero al final me decidí por un tema mucho más interesante y apasionante: la caca de la hija desconocida de Tom Cruise y Katie Homes.

El culto a las celebridades es precisamente eso. Una estatua a la mierda de una persona que no existe. Nunca una mejor alegoría de lo absurdo que es la ridícula idolatría a los famosos. Y hasta la exhibe en una galería.

Además, considerando que se trata de la caca de un bebé de menos de 5 meses de edad, creo que las proporciones son exageradas. Es una cacota que no corresponde a la edad de la niña.

¿El informe irá a ser también una caca desproporcionada respecto del tamaño (político) del Presidente? En ese caso podemos esperar una gran bola de mierda. Al fin ya nos acostumbró a muchas durante todo el sexenio.

miércoles, agosto 30, 2006

El Centro Histórico

El Centro Histórico de la Ciudad de México es una zona que ha sido objeto de múltiples iniciativas para recuperarlo y hacerlo habitable, visitable y disfrutable para todas las personas.

La palabra "recuperación" ya entraña una idea o una imagen de una zona que está ocupada, que está secuestrada o abandonada. El Centro es las tres: está ocupado por un montón de vendedores ambulantes, está secuestrada por mafias que controlan a esos vendedores y de los que obtienen ingresos millonarios y está abandonado porque a pesar de los esfuerzos y buenas intenciones de empresarios o funcionarios del GDF (¿existen?), el Centro Histórico es un cochinero y un marranero.

Personalmente, creo que una de las mejores maneras para recuperar el Centro es visitarlo. Pasear por sus calles, ir a museos, restaurantes, espectáculos, antros. Desde mayo del año pasado comencé a estudiar francés y tomaba clases en una de las sedes del CELE de la UNAM. Iba a la Antigua Escuela de Economía (AEE), en República de Cuba, muy cerca de la Plaza de Santo Domingo.

La AEE es una casa que fue construída en la época colonial. En ese tiempo gozó de su mayor esplendor, después tuvo un periodo de abandono hasta que fue recuperada por un patronato y por la familia que originalmente la habitó y la entregaron a la Universidad. Es un edificio breve pero hermoso. Tiene un patio central y una regia escalera con dos pasos que dan acceso al piso superior, donde están los salones. Tiene acabados finísmos en los pisos, en los techos y está en perfectas condiciones. Es ideal para albergar una institución como el CELE.

Afuera, sobre decirlo, el panorama es otro. Basura, ambulantes, inseguridad, mal olor, charcos, ruido, caos, desorden. Cuando uno está adentro, lo único que recuerda que afuera sigue la calle son las campanadas de la Iglesia de Santo Domingo. La campana decora el ambiente con su repicar: ding- dong / ding - dong. Es un ambiente ideal para estudiar, tranquilo, animado por las personas de todas las edades y condiciones sociales que ahí estudian inglés, francés, alemán o italiano.

A partir de septiembre y hasta diciembre, cambiaré de sede. Estaré en el Antiguo Palacio de la Autonomía. Este edificio es aun más imponente que su compañero de República de Cuba. Para empezar es mucho más grande. Tiene, igual que su hermano, un patio central y una escalera hermosa que es vigilada por dos vitrales magníficos. La herrería, los pisos, las puertas, las paredes son el permanente recordatorio de la impresionante historia y cultura mexicanas.

No conozco la historia del edificio, por lo que ignoro muchos de los detalles y las historias que habitan en esas paredes pero no es necesario saber muchas cosas para asombrarse y deleitarse con la magnificencia de la construcción, el gusto por los detalles.

Y pasa que ese edifico también está en el Centro Histórico. Si uno entra por la calle de Moneda, a un costado del Palacio Nacional, de lado izquierdo hay una calle chiquita que se llama Primo de Verdad (Lic. Verdad, dice el letrero). La calle lleva justamente a las ruinas del Templo Mayor.

La calle Moneda es un tianguis de discos piratas, fayuca, ropa que seguramente es producto del contrabando, comida callejera y otros productos. No se puede caminar sin tropezarse con algún puesto pues la banqueta está vedada para los peatones y a fuerza uno debe caminar evitando a los comerciantes. Por si fuera poco, uno debe soportar la nausea que provoca el hedor proveniente los baños portátiles que instalaron los simpatizantes de la Coalición por el Bien de Todos, ese tufo asqueroso y repulsivo que se combina con los aromas de elotes, tacos y otras delicias de la cocina de la región. En suma, es un asco.

La calle Primo de Verdad sirve para estacionamiento de los ambulantes y está flanqueada por tiendas establecidas donde venden uniformes y accesorios militares. El Palacio de la Autonomía está protegido por una reja que separa todo ese desorden y da la bienvenida a un lugar que pareciera imposible que pudiera sobrevivir en el basurero que es el Centro. Y sin embargo lo hace. No sólo sobrevive sino que vive con dignidad y recuerda a todos los que lo visitan todas las posibilidades que ofrece el Centro de la Ciudad de México.

Es una pena que el Centro viva secuestrado. Lugares como estos dos hay muchos en el Centro, lo malo es que se pierden entre la podredumbre, la corrupción , la pestilencia, el abandono, la apatía, el olvido.

Por lo pronto, no me negaré el derecho a seguir visitando el Centro. Cada día que vaya será una pequeña batalla en la guerra de negarse a entregar lo que es de todos los ciudadanos a una cofradía, a un grupo de usurpadores y ladrones. Invito a todos a que recuperemos el Centro pues seguro hay algo que todos recordamos y añoramos de alguna visita a sus calles... un lugar, una persona, un tiempo muy lejano.

viernes, agosto 25, 2006

Correr hasta la meta

Desde hace algún tiempo he estado haciendo ejercicio. La verdad es que durante mucho tiempo no me preocupé por hacer nada pero absolutamente nada de ejercicio. Durante casi todo el tiempo que estuve en la universidad (no voy a explicar ahora las razones por las que me tomó siete años acabar una carrera profesional, pero no fue ni por fósil ni por huevón ni por burro) hice muy poco ejercicio. Quitando una muy breve pero exitosa (debo decirlo) incursión en un equipo de futbol con unos compañeros de mi primera etapa universitaria, mi actividad fue cero. Mis biógrafos tal vez recuerden otro corto periodo de actividad física por el año 2003 que finalmente terminó por extinguirse en sí mismo, es decir, se consumió en mi huevonada y apatía.

Desde hace más de un año me he dedicado a correr. Encuentro mucha satisfacción en correr. Me gusta, me libera, me siento bien conmigo mismo. Es una actividad ideal para mí. Las pesas nunca me gustaron, es más, las odio. Y odio a casi todos a los que van a los gimnasios, aunque eso no es ninguna novedad pues odio a casi toda la gente que conozco, no importan las circunstancias.

El punto es que correr es, para mi, la mejor forma de mantenerme en forma y activo. La forma de mi cuerpo es ideal para esa actividad. No tengo piernas largas pero son lo suficientemente fuertes para llevarme. Soy ligero. He ganado fuerza en las piernas y mi zancada es mayor ahora que al principio. Puedo correr unos 9 kilómetros en unos 44 minutos

Por supuesto que no soy un corredor de grandes distancias. Nunca podría competir ni de lejos en una carrera de cierto nivel. Y si mis sesiones de entrenamiento no han sido lo regulares que deberían haber sido, ha sido, sobre todo, por mi miedo a ponerme una meta y no alcanzarla. Mi miedo a que la inconsistencia me lleve al fracaso. Mi miedo a comprobar que prefiero entregarme al nocivo vicio del cigarro y no perseverar en algo que me hace sentir bien conmigo mismo.

Así que he decidido anunciar urbi et orbi mi decisión de formalizar mi entrenamiento e inscribirme en una carrera de 10 kilómetros. Me siento bien sólo de escribirlo. Que este blog quede como testigo del desarrollo de mi entrenamiento y, si es el caso, también participe de la celebración (en unas 5 semanas). Veremos que pasa. Estoy consciente de lo que implica hacer pública mi decisión y por eso mismo lo hago. Estoy motivado y quiero perseverar en esto. Ya les estaré contando.

miércoles, agosto 23, 2006

Si usted cree que Moderatto es un grupo de rock, no lea esto

¿De verdad hay gente que cree que Moderatto es un grupo de rock? Sé que el tema no parece tan atractivo ahora porque Moderatto ya no está en la cúspide de su carrera, hay otras cosas en la "escena" (jajajá) y ya no está tan de moda. Pero el hecho es que sí hay gente que cree que se trata de un grupo de rock, o sea, nunca entendieron que era un chiste. Pero ahora ya no da risa burlarse de los que creen que Moderatto es una banda, más bien da miedo. ¿De verdad son tan pendejos? ¿De verdad se sienten "rockeros" y "rebeldes" cantando sus canciones? No hay nada más un ridículo que un güey que se siente rockero cuando en su espíritu no habita nada de lo que históricamente ha alimentado el movimiento rockanrolero. Dan mucha pena porque pretenden ser algo que no son. Eso es lo malo porque a cualquiera le puede gustar o no cierto tipo de música pero el rock no nada más es música. El rock es una actitud, no una pose ridícula con la que se pretende ganar el respeto de otros pendejitos fácilmente impresionables.

Que pena tener un póster de Moderatto y querer pasar por rockero. Y más pena los que se la creen.

Yo creo que ya ni los de Moderatto se ríen de su chiste. Ya los rebasó. Simplemente porque no creyeron que alguien los tomaría en serio. Tan en serio. Es una broma, entiendan. Es como si Polo Polo tuviera una columna en la revista Letras Libres. Es un chiste ¿no? ¿Quién en su pendeja mente puede pensar que es en serio? Es un chiste.

Pues no. De repente los analistas políticos y los críticos literarios citan a Polo Polo. Como sea. La recomendación es: aléjense de ese tipo de personas que "rockea" con Moderatto. ¡¡¡Auuuu!!!

martes, agosto 15, 2006

Run into

Nunca la frase Run into se me hizo más pertienente. Nunca tuvo más sentido que ahora. Hace un momento fui al cajero automático de Superama. Desde el día de aquella infame tromba (2 de agosto) el cajero de Bancomer no funciona. El de HSBC está como si nada pero su vecino únicamente exhibe un ridículo letrero que anuncia: No funciona.

Uno entra a Superama y las máquinas de efectivo están del lado izquierdo. Entonces uno inmediatamente se desengaña. No tiene que ir más allá. Antes de la remodelación de Superama, el cajero sí estaba bien adentro, junto a donde se exhiben los pomos, pero ahora, como he dicho, están más a la mano. Lo cual resulta totalmente intrascendente si la máquina no funciona. No importa en qué parte de la tienda esté ¿no? El chiste es que entregue el dinero cuando uno se lo pide.

Volviendo a la historia, después de contemplar ese triste espectáculo que es un cajero automático que no funciona, me dirigí a la salida pensado en qué posibilidades tenía cuando I ran into un tío que no veía hace mucho tiempo y que pensé que jamás volvería a ver. Cruzamos miradas. Él no dijo nada, yo no mencioné nada. Salí de Superama dispuesto a olvidarlo todo.

Y no es que a mí me haya hecho algo. Al contrario. Creo que en la época que lo conocí más bien fue amable conmigo. Sin embargo, nada me movió a saludarlo o a decirle algo. Como si fuera parte de un tiempo que no quiero recordar.Y sí. La verdad no quiero recordar esa época. Más ahora, con el fantasma de los ultras flotando en el ambiente.

Había varios rumores alrededor de su persona. Que si le entraba grueso a las drogas, que si embarazó a la novia y abortó. Puros chismes. Como sea. Espero nunca volver a encontrármelo. Nunca tener que volverle a ver los ojos inyectados, la mirada extravidada, la boca entreabierta. El gesto. Y a mí nunca me hizo nada, como ya he dicho. Simplemente pertenece a una época que no quiero recordar, o por lo menos no ahora. Pero de verdad no es nada personal.

Decía que nunca Run into nunca se me hizo más adecuado porque no se trata de un encuentro casual. Es como ir corriendo y chocar con algo. Así fue. Un choque con el pasado. Un choque indeseado con el pasado.

Ojalá que no lo vuelva a ver.

El radical

La tónica de confrontación continúa: el plantón seguirá sin importar el atropello de los derechos ciudadanos; la calificación por parte del Tribunal será bajo amenaza de irrupción; el Informe presidencial será ocasión para acentuar el acoso al "traidor de la democracia"; la ceremonia de "El Grito", que es de todos los mexicanos, estará secuestrada por el control "obradorista"; y, por si fuera poco, se pretende que las Fuerzas Armadas se cancelen a sí mismas su derecho y tradición de desfilar el 16 de septiembre, todo para abrir paso a una "Convención Nacional Democrática" que intenta subvertir en el imaginario colectivo el origen mismo de las instituciones que nos rigen. ¿Qué es esto?


Hoy queda claro que la izquierda radical, con López Obrador a la cabeza, ha secuestrado al PRD, a la capital de la República y pretende continuar con esa estrategia de colisión y ruptura. Sólo así se puede explicar la búsqueda de una confrontación con la propia ciudadanía en "El Grito" y con el Ejército al día siguiente. En el camino, los radicales se pueden llevar a quien les parezca su mejor víctima, la UNAM, la UAM, el Politécnico, Chapingo, vieja ruta de refugios donde han sido capaces de imponerse por la fuerza. Los perredistas liberales, que también los hay, han ido cediendo, todo en aras de un triunfo que parece imposible. Quién lo diría, ya toleraron hasta la expulsión virtual de Cárdenas. La palabra "purificación" debería poner a todos los pelos de punta. ¿Por dónde comenzará, por el país que no está bajo su control o mejor en el propio PRD? El que disienta es un traidor, ésa es la tónica. Por eso todos callan. Porque el Mesías Tropical, como puntualmente lo ha denominado Krauze, no tolera la menor discrepancia.

Federico Reyes Heroles. Publicado en Reforma el 15 de agosto de 2006.

lunes, agosto 14, 2006

"Mariconcito"

El día de hoy tuve uno de esos episodios donde la adrenalina fluye de manera intensa por un periodo muy breve de tiempo. Primero el torrente de sangre llega a la cabeza y después viene la bajada.

Trabajo en Paseo de la Reforma y todos los que viven en el DF o en cualquier parte del país saben que desde el 31 de julio un grupo de simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador mantiene un plantón desde la Fuente de Petróleos hasta la Plaza de la Constitución. El corredor turístico Reforma - Centro.

No pienso discutir sobre las múltiples razones y sinrazones del plantón y los variadísimos puntos de vista y opiniones que cualquiera puede tener al respecto pero un hecho innegable es que el mencionado plantón ha trastornado la circulación vehicular de manera importante.

Los conductores manejan rabiosos y están desesperados por avanzar un metro. Avanzan un poco cada vez y cada que pisan el freno se encuentran con una fila interminable de coches frente a ellos. Se quedan pasmados. Se preguntan de dónde salieron tantos coches cuando los han tenido frente a ellos toda la mañana. Avanzan confiados sólo para enterarse que hay un montón de personas atrapadas en su auto, igual que ellos.

Yo vivo cerca de donde trabajo. Un privilegio del que poca gente en esta ciudad, en general, goza. Soy afortundado. Puedo caminar a mi trabajo y en 20 minutos ya estoy donde debo estar. Sin embargo, eso no me libera de la furia de los conductores. Hoy mismo al cruzar la calle un conductor furioso lanzó su vehículo contra las personas que cruzábamos la calle. Volteé para increparlo con la mirada y, la verdad no recuerdo bien, creo que le dije cabrón o algo por el estilo.

Lo vi a los ojos y tras el parabrisas pude ver que vociferaba e insultaba a los que tuvimos la osadía de cruzarnos cuando el semáforo nos permitía el paso. Terminé de cruzar y alcancé la calle. Caminaba ya sin pensar en el incidente. De repente, vi que el vehículo se emparejaba. Creo que era un Sentra de color dorado. El conductor era un hombre joven, calvo, con barba crecida, de piel muy blanca y usaba ropa casual.

Se emparejó y recuerdo que me llamó "mariconcito". Le contesté la agresión explicándole que él manejaba un vehículo y que los que cruzábamos estábamos en una posición desventajosa respecto a él. Amagó con detenerse, me volvió a insultar y antes de irse le grité: "¡Vete al Diablo, Pendejo!" Cuando me di cuenta estaba frente al edificio donde trabajo y mi grito se escuchó al interior del inmueble. Una mujer que había cruzado conmigo se dio cuenta de todo. La mujer subió al elevador conmigo y le pedí que me diculpara. Su gesto fue amable y entre los dos criticamos al conductor mientras íbamos a nuestros respectivos pisos.

Llegué a mi piso, me bajé y ahí fue cuando vino la bajada. De repente y sin motivo aparente me sentí muy triste. Me sentía enojado conmigo mismo, con el agresivo conductor. Me sentí triste por la forma en que nos insultamos, por perder el control. Porque tal vez la mujer que trabaja en el mismo edificio que yo pensó que tenía un vecino de piso irascible e irracional. Sentí pena. No sé por qué pero esas cosas sí me afectan. Lejos de liberarme, como sé que a algunas personas les pasa, los insultos, las peleas me deprimen. Autocontrol, David, autocontrol.
El día de ayer fue publicado en el diario Reforma un editorial breve pero sustancioso sobre las razones del recuento de votos en casillas "disfuncionales". El autor, Alfonso Elizondo, mencionaba que hubo ciertas casillas (disfuncionales) en ciertos distritos en las que los ciudadanos seleccionados para ser funcionarios de casilla el domingo 2 de julio fueron sustituídos por ciudadanos que se encontraban haciendo fila para votar. Elizondo comentaba la posibilidad de que esas ausencias y sus sustituciones hubieran sido premeditadas.

Hasta donde sé, y sin ser experto en legislación electoral, tengo entendido que ese mecanismo es perfectamente normal y está contemplado por la ley. En caso de la ausencia de algún funcionario de casilla insaculado, habrá un reacomodo del cargo que cada funcionario que sí este presente haya tenido asignado con anterioridad y se sustituirá a el o los ausentes con el o los primeros electores formados en la casilla el día de la elección.

En cualquier caso, lo que Elizondo propone es que todos los funcionarios de esas casillas fueron sobornados por algún partido o partidos para faltar a su cargo el 2 de julio. Que ese partido o partidos en ese distrito tenían ya a un grupo de 5 o 6 aliados registrados en la lista nominal de esa casilla (puesto que ahí iban a votar y es un requisito necesario para ser funcionario "de emergencia") para que fueran a formarse muy temprano y ante la ausencia de los funcionarios, ellos ocuparan sus posiciones. Por si fuera poco, el partido o partidos corruptores hubieran tenido que arreglárselas de algún modo con el presidente de la casilla para que él o ella sí fuera y llevara la paquetería y el material necesario para la instalación de la casilla. Además de, obviamente, prestarse al fraude.

Una vez cumplidas todas estas exigencias, los funcionarios espurios hubieran tenido que actuar de manera tan sutil y tan bien coordinada para que los representantes de el o los partidos que no estaban coludidos no se dieran cuenta de cómo se llevaba a cabo el fraude.

Satisfechos todo estos requisitos, es posible el fraude y ségún Elizondo, es necesario auditar esas casillas donde hubo sustitución de funcionarios y ahí se reflejará el engaño. Todo esto, aclara Elizondo, al margen de la institución electoral pero bajo la orden un partido o partidos malvados.

¿No es demasiado elaborado y complicado todo lo que propone el autor? ¿Es posible? ¿Se prestarían ciudadanos comunes y corrientes a juego tan vil? ¿Elizondo hubiera aceptado la propuesta si hubiera sido funcionario de casilla insaculado?

Aunque la alianza encubierta entre varios partidos políticos permitió la distorsión del proceso electoral sin dejar huellas visibles, lo cierto es que no hay crimen perfecto, y la verdad se conocerá cuando se permita auditar los paquetes de las casillas disfuncionales. El gran problema que deja la dudosa victoria de la derecha es la desgracia de un país dividido y de un poder público que aplica discrecionalmente la ley y está controlado por una pequeña élite.

Así lo dice Elizondo. Me llamó más la atención lo de la pequeña élite. No debe ser tan pequeña la élite pues él estima el número de casillas disfuncionales en un número aproximado a las casillas que el TEPJF ordenó fueran recontadas (11 mil 800). De a 5 funcionarios por casilla por 11 mil 800 casillas... 59 mil funcionarios ilegítimos. Desde los magistrados del Tribunal hasta el último de los funcionarios falsos. Todos en el fraude. Es mucho ¿no?

Yo sí creo que existe esa élite que controla el poder público pero Elizondo la está viendo en otro lado. Pero de que existe, existe.

el blog soy yo

Este blog nace en un momento de enorme crispación política en México. Esto no quiere decir que únicamente se hablará de política sin considerar la pertinencia de otros temas. Es sólo que en este momento de tanta información y tanta fricción tengo una enorme necesidad de exponer opiniones y puntos de vista. Y la necesidad surge no porque antes no haya tenido oportunidad ni medio para hacerlo (los blogs existen hace mucho y algunos de ustedes tal vez conocieron el otro blog) sino porque, irónicamente, en un momento donde todos opinan parece cada vez más difícil opinar sin entrar en un abierto choque con los demás.

Me explico. La gran tensión política de México ha llevado al enfrentamiento directo. Y el enfrentamiento no es entre políticos. No. El enfrentamiento es entre los ciudadanos. Los mexicanos compramos una bronca que no es nuestra. Nos subimos al carro de un candidato o del otro sin pensar en si es esa la posición que nos corresponde. No estoy diciendo que esté mal el involucrarse en política, todo lo contrario. Lo que sí creo que no es saludable es defender una posición desde el dogma. Negar al otro. Odiarlo con tanto fervor sin considerar su posición y llevarnos al más absurdo de los reduccionismos: Si no estás conmigo, estás contra mi.

En esos términos estamos los mexicanos. Y como ahora no es posible dar una opinión sin necesariamente ser encasillado en alguna de las dos posibilidades, prefiero exponer mis opiniones aquí. Como ya no es posible opinar sin ser atacado y hasta insultado por opinar diferente, es mejor escribir aquí. Como ya no es posible estar sin bando sin que a uno le digan chaquetero o vendido o le pidan una definición sin matices pues mejor platico todo lo que quiera decir por aquí.

Así que en este blog nunca habra razones pétreas e inamovibles. Todo fluirá y se enriquecerá con los comentarios y las opiniones de todos. Bienvenidos todas las razones, menos la de la intolerancia.

Sobra decir, por supuesto, que el nombre de este blog es una sutil ironía para esas posiciones de cariz tan profundamente antidemocrático que ahora adornan los discursos de los políticos. Para esas que a diario amenazan con dinamitar las instituciones.