jueves, agosto 30, 2007

Todos somos Elvira

Jorge Ramos Ávalos / El delito de Elvira.
Jorge Ramos Ávalos (28 agosto 2007).- CHICAGO.- Llegué tarde. Elvira Arellano ya no está. Hace unos días la deportaron a México. Pero aquí todo el mundo sigue hablando de ella. Elvira es un símbolo.
Elvira Arellano es la indocumentada mexicana que desafió por un año una orden de deportación al refugiarse en una iglesia de esta ciudad. Pero fue arrestada tras su sorpresiva llegada a Los Ángeles.
Quería participar ahí en una marcha a favor de la legalización de 12 millones de indocumentados. Ya no pudo. Fue deportada sin muchas ceremonias a Tijuana. Sin embargo, su caso es el mejor ejemplo de por qué no sirven las actuales leyes migratorias de Estados Unidos.
El arresto de Elvira la separó de su hijo de 8 años, Saúl, quien es un ciudadano norteamericano. Miles de familias han sido separadas por las recientes redadas del servicio de inmigración en todo Estados Unidos.
Elvira fue arrestada, pero Osama bin Laden sigue libre. La llamada "guerra contra el terrorismo" debe librarse en contra de verdaderos asesinos y criminales, no en contra de inofensivos trabajadores inmigrantes.
¿Saben cuál fue el delito de Elvira? Conseguir documentos falsos para trabajar limpiando aviones en el aeropuerto O'Hare de Chicago. Sí, es verdad, rompió las leyes. Pero su trabajo beneficiaba a muchos norteamericanos y, además, no le quitó el trabajo a nadie. Sólo quería darle una mejor vida a su hijo. Eso es todo.
Es irónico que un país que fue fundado por inmigrantes, y que hoy en día los necesita más que nunca, se ponga a perseguir a los extranjeros más débiles y desprotegidos. Elvira y millones de inmigrantes no son enemigos de Estados Unidos; Osama sí lo es.
Elvira y millones de inmigrantes no son culpables de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001. Sin embargo, ellos son los que están pagando las consecuencias de una política migratoria que no parece distinguir a los buenos inmigrantes de terroristas potenciales.
Esto ha generado mucho miedo entre los inmigrantes. Tomé la Blue Line del metro de Chicago -la misma ruta que seguramente tomaba Elvira para ir y regresar del aeropuerto- y ahí las conversaciones en español suelen incluir con frecuencia las palabras "migra" y "redadas".
No exagero lo del miedo. En la Feria del Libro, que organiza con mucho éxito desde 1985 la familia Girón, conocí a Gabriela. Ella y su esposo han decidido regresar a Zacatecas, México, junto con sus tres hijos y tras 13 años en Estados Unidos, por el temor a las redadas. Y habrá más redadas mientras no cambien las leyes.
Más allá de sus contribuciones económicas, la reforma migratoria debería aprobarse con un simple argumento de seguridad nacional: a Estados Unidos le conviene saber quién vive aquí. Pero la esperanza de una legalización se pudiera alejar hasta el 2013, como sugirió el congresista demócrata Rahm Emanuel. Él cree que el debate migratorio no revivirá hasta el segundo periodo de gobierno del próximo presidente.
A pesar de estas señales de desesperanza, el pasado fin de semana se realizó en Los Ángeles la marcha proinmigrante a la que Elvira ya no pudo asistir. Pero su tragedia personal no pasó desapercibida. El lema de la protesta fue: "Todos somos Elvira".
Es cierto. Con muy pocas excepciones, todos los que vivimos en Estados Unidos o nuestras familias vinieron de otro lado. Pero una feroz y extrovertida minoría, cargada de odio y prejuicios, está imponiendo su mensaje antiinmigrante a un país que tradicionalmente ha abierto los brazos a los recién llegados.
Me apenó mucho no haber llegado a tiempo a Chicago para conversar con Elvira. Pero lo más curioso es que me la encontré en las pláticas con cada uno de los inmigrantes que, como ella, aún no se dan por vencidos. Sí, en este país, todos somos Elvira.

miércoles, agosto 29, 2007

El Alcalde y el Embajador

Pasa diplomacia apuros en Tijuana
El Alcalde de Tijuana recibió al Embajador de Irán en México para charlar sobre temas diversos
Miguel Cervantes
Tijuana, México (29 de agosto de 2007).- La visita del Embajador de Irán en México, Mohammad Haassan Ghadiri Abyane, al Alcalde de la ciudad, Kurt Honold, se tornó en algo embarazoso cuando como regalo al diplomático islámico le fue ofrecida una caja con vinos.
El diplomático ni siquiera tocó la caja de vinos de la Casa Cetto, que se produce en Baja California, argumentando que su religión lo prohíbe.
El Alcalde de Tijuana, Kurt Honold, inmediatamente dijo "Ah bueno, así tendremos más (licor) para nosotros".
El incidente se dio al término de una visita de cortesía que realizó el diplomático a la Alcaldía de Tijuana para charlar sobre temas diversos.
A pregunta expresa hecha a Kurt, sobre si se le entregarían las llaves de la ciudad al diplomático iraní, dijo "No, pues apenas lo voy conociendo".
Ghadiri Abyane afirmó que "Tijuana es una buena ciudad con un mal muro", refiriéndose al cerco divisorio con Estados Unidos.
Dijo que si se resuelven las entregas de visas mexicanas a ciudadanos iraníes que viven en Estados Unidos, podría abrirse la oportunidad multimillonaria de inversionistas islámicos en esta frontera.
Abyane estuvo en la ciudad para asistir a la proyección de la película "Santa María" en la que daría una explicación sobre el rol de la mujer en la cinematografía.

martes, agosto 28, 2007

Francisco Javier Vital

El domingo me enteré por la televisión de una noticia que me entristeció mucho. El domingo pasado se celebró en la Ciudad de México la edición número 25 del Maratón Internacional. Recuerdo que hace un año exactamente fue cuando conocí a Noé, un amigo que me orientó y me ayudó a entrenar con más método y con más orden. También recuerdo que ese día que lo conocí me mostró la medalla que consiguió por haber terminado el Maratón y me entusiasmó tanto que desde entonces he participado en nueve carreras y he descubierto que correr es una de las actividades que encuentro más satisfactorias y estimulantes.
Este año, uno de los participantes en el Maratón falleció de un paro cardiaco cuando corría el kilómetro 37, cerca del cruce de Insurgentes y Querétaro, en la Colonia Roma.
La noticia es triste porque la preparación física y mental que se requiere para decidirse a participar en un maratón y completarlo es algo tremendamente difícil. Yo nunca lo he hecho, aunque es una de las cosas que más ambicionó en la vida: tener la disciplina y el valor que tuvo el abogo zacatecano Francisco Javier Vital Sandoval, de 47 años, para completar los 42.195 kilómetros.
Las imágenes del video son terribles. Muy fuertes. Se ve al atleta recostado en el pavimento, con la mirada pérdida mientras le dan masaje en el pecho y lo asisten para respirar. Está totalmente ausente, no se entera de nada de lo que pasa a su alrededor. El audio del video refleja el caos del momento y los aplausos de los corredores que alientan al zacatecano, seguramente sin saber de la gravedad del incidente. Los paramédicos auxiliándolo en medio del caos y él desmayado.
Vital Sandoval murió en el área de urgencias de un hospital privado.
Es triste porque entre los que corremos, los que hemos participado alguna vez en una carrera se sabe de la emoción y de la excitación que provoca imponerse un nuevo reto, disfrutar del recorrido y con cada paso reafirmarse en que uno ha tomado la mejor decisión: correr y que con el deporte uno sea mejor persona.
Es algo muy triste que toda esta emoción termine en algo así.
No sabemos sobre la preparación del corredor o sobre qué provocó que su corazón no resistiera el esfuerzo pero valga decir que seguramente su ejemplo inspiró a muchos y vivió una vida plena y feliz. Sin embargo, no hay que despreciar las lecciones que se desprenden de este trágico hecho, hay que aprenderlas y entrenar con disciplina y, sobre todo, disfrutarlo.
Seguramente el abogado Francisco Javier habrá completado los cinco kilómetros que le restaban en el cielo, mientras observaba a todos los entusiastas de este deporte cruzar la meta y conseguir ser mejores atletas y , sobre todo, mejores personas.